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Con la esperanza de que se les abran las puertas de la reinserción laboral una vez que recobren la libertad, un grupo de 15 reclusos del Centro de Detención Preventiva (CDP) de Quillota realizaron el curso de servicios de restauración de muebles y su comercialización. La iniciativa llegó a su término este miércoles con la ceremonia de certificación.
Si bien todos los internos participantes pertenecen al pabellón laboral y poseen conocimientos en mueblería, el curso les permitió perfeccionar sus habilidades, aprender nuevas técnicas y acceder a un certificado que acredite sus conocimientos.
El jefe (s) del CDP quillotano, Jorge Zapata, sostuvo que “sin duda todo este tipo de capacitaciones tienen una importancia fundamental en la tarea que está desarrollando la institución a nivel nacional en materia de formación, capacitación y la entrega de herramientas para que puedan desarrollarse de mejor forma en el medio libre. Contribuir para que ellos puedan reinsertarse de mejor forma a la sociedad para nosotros es tarea cumplida”
Por su parte la encargada laboral del recinto penal, Marcela Godoy, detalló que el taller, impartido por la OTEC Fundación Luterana e iniciado en el mes octubre, formó parte del programa de transferencia al sector público de Sence e implicó 141 horas de clases teóricas y prácticas.
“La idea del área técnica era poder reforzar el trabajo que ellos hacen, poder mejorar la calidad de los productos y poder tener capacitación en el área para que ellos adquieran herramientas que les permitan mejorar la confección de los muebles y después poder comercializarlos y así tener mejores ingresos”, expresó Marcela Godoy.
La importancia de estas iniciativas fue destacada por el seremi de Justicia y DD.HH, José Tomás Bartolucci,
“La capacitación y colocación laboral, la preparación psicosocial y la mantención de un trabajo, son factores que efectiva y comprobadamente reducen la reincidencia delictiva. Sence, a través de las capacitaciones que desarrolla en los recintos penitenciarios de la región, significa un tremendo apoyo en el éxito de los programas que impulsa nuestro ministerio de Justicia y Derechos Humanos y Gendarmería de Chile, ayudando a que las personas que se encuentran privadas de libertad puedan contar con herramientas que ayuden en su inserción laboral”.
Las clases, que se extendieron hasta fines de diciembre, estuvieron a cargo de Víctor Tabilo. El relator destacó la participación de los alumnos durante todo el curso.
“Los alumnos muy bien porque ya tenían esas habilidades, hacen trabajos acá. Ellos están en el sector laboral, por lo tanto, tienen todas las habilidades y experiencia para poder aprovechar estas herramientas. Excelente la participación, mucho obediencia, acataban las instrucciones; (hubo) mucho interés en aprender y superarse”.
Con la finalidad de que los reclusos pudiesen practicar y aprender en base a la práctica, se ingresaron una serie de muebles que debieron ser restaurados por los internos. El trabajo que debieron realizar fue detallado por Freddy Espinoza, uno de los 15 certificados.
“Se nos trajeron diferentes tipos de muebles, los que tuvieron un desensamble total para lijarlos, para barnizarlos. Todos estos muebles fueron entregados restaurados. Se nos enseñó también como emprender una empresa. La idea es aprender para desenvolverse en el medio libre”.
Además de las labores de restauración y tapicería, se efectuó un curso de desarrollo colaborativo, donde se les enseñó a los alumnos la importancia del trabajo en conjunto.
