Menos de seis meses restan para que Mario Ramírez termine de cumplir su condena y pueda salir en libertad desde el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Los Andes. Durante este tiempo continuará transformando los murtos de la unidad en verdaderas obras de arte y rescatando el patrimonio histórico de Los Andes y las comunas aledañas.
Tan solo días atrás culminó, junto a Cristian Serrano, un nuevo mural. Esta vez fue la ex estación de trenes de Los Andes, obra que viene a dar continuidad al trabajo que comenzó con la creación de la iglesia de Curimón y que, al igual que en la primera oportunidad, solo conoce por medio de fotografías o recortes de diarios. Ambos murales con relieve se encuentran en el patio interior de la unidad, denominado “Sor Teresa”.
Respecto a los detalles de esta segunda obra, Cristian Serrano sostuvo que “Este trabajo es diferente al primero porque se le agregaron planchas de cobre, madera y un reloj. Trabajamos casi cuatro meses en éste; desde las 09:00 de la mañana, hasta el encierro, todos los días. El techo fue lo más complicado porque eran planchas de cobres que tuvieron que ser talladas a mano”.
“La idea de esto es cambiar un poco la perspectiva de la gente que viene a visita. Que nuestros hijos, nuestras esposas, nuestras madres vean otra cosa, no solo barrotes y murallas de un puro color; que vean algo diferente y que a los niños les llame la atención”, señaló Serrano.
La calidad del trabajo y la dedicación en los mismos llevó a que el jefe de la unidad, comandante Cristian Farías, les encomendara a los reclusos la creación del escudo de Gendarmería en el patio de formación del CCP. Una vez culminado retornarán al patio Sor Teresa para plasmar el templo de la santa chilena.
“Esto nace de una iniciativa de poder mejorar los espacio, de cambiar un poco la imagen, de hacerla más alegre. Ha sido bastante acogedora esta idea de generar un espacio artístico y cultural dentro de la unidad”, expresó el alcaide.
Respecto al escudo de Gendarmería Mario Ramírez afirmó que: “Queremos terminar el escudo en un mes o mes y medio más. Estamos plasmando el escudo y, como todos los otros trabajos, sobre un relieve. En este caso es de aproximadamente cinco centímetros”.
De esta manera, Mario desea trabajar hasta el último día en que esté recluido y continuar una vez que recobre su libertad. Las ganas de seguir creciendo como artista están, ahora solo falta que la comunidad crea en él y le dé la oportunidad de llenar de murales a la provincia y toda la región.