Investigaciones revelan los beneficios cognitivos y físicos de practicar slackline

La Dra. Paula Plaza, académica de la Escuela de Kinesiología de la UNAB Sede Viña del Mar, junto con otros investigadores, ha realizado dos estudios que resaltan los beneficios tanto cognitivos como físicos de practicar slackline.

Esta disciplina deportiva implica equilibrarse y caminar sobre una cinta o banda tensa que se ancla entre dos puntos fijos. El objetivo es mantener el equilibrio y hacer movimientos sobre la cinta, que suele ser estrecha y dependiendo de la tensión, se comporta más rigida o más flexible, lo que desafía la estabilidad y el control postural.

El primer estudio, titulado «Aumento de la atención y la memoria en practicantes de slackline: un estudio descriptivo», se centró en evaluar cómo la práctica de esta disciplina se relaciona con la atención y la memoria. Para ello, ambos grupos de estudio hicieron la prueba de Toulouse-Pieron para evaluar la capacidad de atención y la prueba de Benton para evaluar la memoria.

Los resultados demostraron que los participantes que practicaban el deporte obtuvieron puntuaciones significativamente más altas en las pruebas de memoria y atención en comparación con un grupo de control.

Además, se identificaron correlaciones positivas entre la cantidad de años de práctica de del deporte y estas capacidades cognitivas. Esto sugiere que podría desempeñar un papel en el desarrollo de reservas cognitivas y en el abordaje de trastornos como el TDAH.

El segundo estudio, titulado «Efectos del entrenamiento en slackline sobre la resistencia del core y el equilibrio dinámico», se enfocó en los beneficios físicos de la práctica. Los resultados de esta investigación mostraron que los practicantes de esta disciplina exhiben una mayor resistencia en el core (mejora de la capacidad de mantener un óptimo y adecuado control y estabilización activa del tronco en comparación con individuos físicamente inactivos). Se evaluó la resistencia mediante la batería de McGill, que incluye pruebas de flexores y extensores del tronco, así como la prueba de la plancha.

En las evaluaciones de puente lateral izquierdo y la plancha, los practicantes de slackline lograron tiempos un 36.2% y 45% mayores, respectivamente, en comparación con el grupo de control. Esto propone que esta actividad es efectiva para fortalecer los músculos del tronco, lo que es fundamental para mantener la estabilidad y prevenir lesiones.

Asimismo, se evaluó el equilibrio dinámico (ED) en diversos parámetros. En condiciones inestables, el grupo que realiza el ejercicio logró un alcance un 37.8% mayor en ambas piernas y un 46.6% mayor en la pierna no dominante en comparación con el grupo de control.

Estos hallazgos sugieren que el slackline no solo mejora las habilidades motoras y cognitivas, sino que también puede ser beneficioso para la salud física y mental en general.

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