Investigadores confirman dos linajes de centolla en mares de Chile

La centolla es un crustáceo que habita en las profundidades cercanas a los 600 metros y se distribuye principalmente entre las regiones de Los Ríos y Magallanes. Puede llegar a vivir hasta los 20 años, se alimenta de estrellas de mar, algas, moluscos, erizos e invertebrados del fondo marino, y se considera un recurso de gran importancia comercial para Chile.

La literatura científica señalaba que en la zona sur oriental del océano Pacífico existía una sola especie de este animal. Sin embargo, un trabajo recientemente publicado en la prestigiosa revista científica Ecology and Evolution confirmó la presencia de dos linajes diferentes. Para llevar a cabo el estudio, los investigadores del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh), Ramona Pinochet, Dr. Miguel Pardo y Dra. Leyla Cárdenas, reunieron muestras de 173 individuos en aguas abiertas en Valdivia, Metalqui, Cucao e isla Navarino, y en aguas interiores de la zona de Calbuco, Tenún, seno Magdalena, bahía Águila y fiordo Yendegaia.

“La centolla es uno de los recursos de mayor relevancia para la pesquería artesanal. Además, es considerada una especie única en el océano Austral, debido a que cumple un rol ecológico fundamental en la comunidad submareal. Desde ese punto de vista, la información obtenida a partir de nuestros resultados pueden contribuir al adecuado desarrollo de estrategias de conservación de sus poblaciones a lo largo de su completa distribución geográfica”, afirmó la Dra. Cárdenas, decana de la Facultad de Ciencias de la UACh y co-autora del trabajo.

Los expertos usaron pruebas de marcadores nucleares, consistente en un fragmento de ADN que está asociado con una determinada ubicación dentro del genoma nuclear. Tras este proceso, se descubrió que la especie se encuentra en proceso de especiación (formación de especies nuevas), donde los grupos en un organismo se aíslan reproductivamente y divergen. Estos resultados fueron corroborados a través de análisis de delimitación de especies, exámenes filogenéticos, redes de haplotipos y tiempos de divergencia.

“Las centollas del mar interior y las de las costas abiertas del Pacífico son morfológicamente distintas, pero aquellas diferencias no necesariamente tienen una base genética. Independientemente de ello, estos grupos deberían ser considerados stocks pesqueros diferentes con su propias medidas de regulación”, mencionó el Dr. Pardo, director de la Escuela de Graduados de la Facultad de Ciencias de la UACh y co-autor de la investigación.

“Conocer la diversidad y la distribución de las unidades evolutivas independientes nos permite explorar eventos de las poblaciones. De esta manera, al definir correctamente las unidades operacionales, se pueden mejorar los planes de manejo de la pesquería”, concluyó Ramona Pinochet, doctorante de Biología Marina de la UACh y autora del estudio.

Leer el estudio aquí.

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