Ayer jueves 28 de marzo, nueve jóvenes pertenecientes al Taller de Inclusión del Espacio Cultural Municipal de La Cruz vivieron una nueva experiencia en sus vidas. Y es que, gracias al acuerdo entre el municipio y un vecino del sector de Rabuco, pudieron vivir en carne propia lo que significa trabajar una jornada en el campo, con el fin de incentivarlos a mantener una rutina de una vez al mes con remuneración y colación.
“Yo viví mucho tiempo en Canadá y estando allá realizábamos mucho trabajo voluntariado, ayudando a niños con síndrome down. Traje esta experiencia a Chile para poder replicarla y poder enseñarles a los niños lo que es el trabajo en el campo, un trabajo simple pero necesario. La idea principal es que los niños y niñas se sientan útiles en la sociedad y poder integrarlos”, comentó Patricio Milla, vecino de Rabuco.
Dentro de las tareas que se les encomendó fueron algunas labores, principalmente agrícolas, por ejemplo, de cómo plantar un árbol, limpiar sus hojas y, básicamente, habilidades ejecutivas y la importancia del trabajo en equipo. Todo este ejercicio fue compensado con una remuneración, y será repetido una vez al mes para crear un hábito en ellos.
“Estamos realmente felices y satisfechos con la experiencia que vivieron los jóvenes de nuestro taller del Espacio Cultural. Lo que comenzó como un taller de baile hace varios años atrás, con el tiempo, ha ido evolucionando y abriendo puertas para que nuestros niños y niñas vivan experiencias enriquecedoras dentro de nuestra sociedad. Esto realmente es la inclusión. No hacer ninguna diferencia con ellos. Hacerlo partícipe de cada ámbito de la vida y es uno de los pilares fundamentales que ha mantenido el mandato de nuestra alcaldesa Maite Larrondo y que se ve reflejado en estas acciones”, agregó Gonzalo Vicencio, jefe del Departamento de Educación Municipal.
Por su parte, los padres de los jóvenes, quienes los acompañaron en esta primera experiencia, se mostraron más que satisfechos por el trabajo realizado y mostraron su inquietud por que a lo mejor, en un corto plazo, aprendan algún tipo de oficio relacionado a la actividad agrícola.
“La experiencia de ayer fue muy enriquecedora para los niños. Carolina quedó fascinada, contenta y feliz. Llegó contando a la familia que había plantado un palto y que le había gustado mucho haber estado en el campo. Sólo me queda agradecer a la alcaldesa por su apoyo constante, a la tía Ximena y el tío Rodrigo, y por supuesto a don Patricio que le dio la oportunidad a los niños para desarrollarse en otro ámbito, para demostrar que son capaces de todo, que nada les queda chico. Todas las oportunidades que se les presentan, se desarrollan bien y felices. Estos chicos son capaces de muchas cosas, sólo hay que darles la oportunidad, y la Sra. Maite se las ha dado”, comentó Elena Delgado, mamá de Carolina Galindo.