La científica que busca sitios para instalar telescopios y poder ver agujeros negros

Catalina Medina tiene 30 años y es ingeniera eléctrica titulada en la Universidad de Chile y actualmente trabaja en el Núcleo Milenio TITANS que junto a un equipo multidisciplinar está buscando los mejores sitios en Chile para instalar los radiotelescopios con los que podremos tomar las nuevas imágenes de los misteriosos agujeros negros supermasivos M87 y Sagitario A* que se ubica en el centro de nuestra galaxia.

Acaba de regresar de una estadía en el  de la Universidad de Harvard donde asistió enviada por el Núcleo Milenio TITANS para trabajar en los prototipos de los nuevos radiómetros que se utilizarán en la nueva generación del Event Horizont Telescope (ng-EHT) en Chile.

El Núcleo Milenio TITANS investiga Agujeros Negros Supermasivos y lo integran investigadores e investigadoras de categoría internacional del Departamento de Astronomía de la Universidad de Concepción, del Departamento de Astronomía (DAS) de la Universidad de Chile, del Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso y del Instituto de Astrofísica de la Universidad Católica de Chile.

Catalina Medina se hizo experta en instrumentación astronómica por su interés en las estrellas, temática que profundizó durante su carrera asistiendo a clases en el DAS de la U. de Chile. Actualmente también es parte del Centro Para la Instrumentación Astronómica (CePIA) de la UdeC, donde colabora con el Dr. Rodrigo Reeves,  investigador del Centro de Astrofísica CATA, con quien viajará durante el verano a la Base 0’Higgins en la Antártica para ver la factibilidad del lugar y quizás instalar uno de estos cuatro telescopios, gracias a un convenio con el Fondo del Instituto Antártico Chileno (INACH).

“Estamos analizando todas las pruebas en los diferentes lugares para los nuevos telescopios ng-EHT y el desarrollo de estaciones que incorporan la comunicación por satélite de alto ancho de banda”, comenta la investigadora.

En Chile se instalarán tres prototipos de radiómetros para estudiar el comportamiento del vapor de agua en sitios que fueron seleccionados por el experto mundial Alexander Raymond,   en la NASA.

Las condiciones ambientales para que se evalúen estos sitios están siendo analizadas en un exhaustivo estudio previo que medirá el vapor de agua (clima del lugar) en los lugares donde se instalarán los telescopios que forman parte de la colaboración EHT.

El primer radiómetro que la propia Catalina instalará en las próximas semanas será en el Observatorio Las Campanas ubicado en el desierto de Atacama y un segundo en un sector cordillerano de la zona central de Chile a unos tres mil metros de altura, en tanto se evalúa un tercer aparato en el Cerro Catedral en Bariloche, Argentina.

Si bien la capacidad de estos aparatos es enorme, su volumen es relativamente pequeño como una caja de menos de cincuenta cms de largo y ancho que contiene un sensor de radiación infrarroja y una cámara para detectar vapor de agua y la presencia de nubes. Además, son “ecológicos e inteligentes”, según comenta la ingeniera, “ya que utilizan un bajo consumo eléctrico y se puede alimentar con un panel solar y mientras no está conectado a Internet archiva los datos que recoge en una tarjeta de memoria. Aparte de su uso en astronomía, se utilizan en climatología y geofísica.”

Cambio climático y 7G 

Por su parte, el director del Núcleo Milenio TITANS, el astrónomo Dr. Neil Nagar, es investigador del Centro de Astrofísica CATA, consultado por el tipo de impacto de la contaminación en la capacidad de estos telescopios señaló: “Lo que afecta a los radiotelescopios es que se ven perturbados por la luz de «radio» o el ruido de radiofrecuencia. Esto significa que deben estar lejos de torres de televisión, torres de telefonía celular o satélites. Incluso las comunicaciones también pueden perturbar los radiotelescopios”.

Nagar advierte que a medida que aumente la comunicación satelital y las telecomunicaciones a 7G los telescopios EHT serán vulnerables a estas frecuencias, pero mientras tanto están libres de este tipo de contaminación, ya que funcionan en una frecuencia de radio relativamente alta (230 GHz) y hasta ahora hay poca interferencia humana en este nivel. «Pero esto cambiará a medida que se incrementen las comunicaciones satelitales y las telecomunicaciones pasen a 7G y las siguientes”.

“Otro de los factores que influye en la sensibilidad de estos aparatos es el cambio climático que ya está afectando a nuestros observatorios es que todas las áreas tendrán un aumento de vapor de agua en algún nivel, así que definitivamente lo que se pretende es estar lo más alto posible en la atmósfera”, afirma el científico. 

Montañista

“Me gustan los desafíos, aunque al comienzo me preocupan, pero después arriba en la montaña me doy cuenta que todo vale la pena”, cuenta Catalina que combina su labor científica con su pasión por el montañismo. Y agrega, “por eso mi interés por los desafíos de explorar estos nuevos sitios donde se estudia la posibilidad de instalar estos telescopios que específicamente tomarán nuevos y mejores datos de los Agujeros Negros Supermasivos”.

Visión de Género

Catalina, respecto de su condición de joven científica, relata que no ha sufrido mayor discriminación de género en los grupos de trabajo, pero si ha constatado una ausencia de mujeres investigadoras en el ámbito que le ha tocado participar. “En Chile como ingeniera me ha tocado siempre ser de las pocas mujeres en mi trabajo y en Harvard también esto se hizo evidente”, confiesa.

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