Los puertos de Quintero, Ventanas y San Antonio son los que acumulan la mayor cantidad de jornadas perdidas por cierres o restricciones derivadas del mal tiempo.
Un informe de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile (Camport) del año pasado planteaba que Quintero suma en un periodo de doce meses 132,4 días de inactividad. Por su parte, Ventanas totalizó 126 días cerrado y San Antonio 80,1 jornadas. En Chile los puertos como Antofagasta cuentan con 72,8 días, Mejillones 43,1 y Arica con 27,5 días.
Preocupados por esta situación el equipo de simulación marítima de la carrera de Ingeniería Mercante UNAB, sede Viña del Mar, junto a la empresa de Asesorías de Ingeniería DIHLAN, obtuvieron la aprobación para efectuar un trabajo colaborativo para investigar y proponer mejoras operacionales en el Puerto Ventanas de Quintero, con resultados que serán evaluados ante la Comisión de Puertos y Terminales de la Autoridad Marítima.
De esta forma, la UNAB se convierte en la primera Universidad en participar activamente en Estudios Portuarios de Maniobrabilidad de Naves. “Estos trabajos permiten reaccionar con proactividad a las necesidades o cambios en el comportamiento de la transferencia de carga, tipo y tamaño de buques o uso de recursos de apoyo como son los remolcadores. La combinación de estos factores puede influir en la disponibilidad de los frentes de atraque, que se ven afectados por las marejadas y vientos en el país”, explicó Alejandro Lagunas, director y académico miembro del equipo de simulación marítima de la carrera de Ingeniería en Marina Mercante de la UNAB, sede Viña del Mar.
Alianza Estratégica
Rodrigo Pulgar, Gerente de Operaciones de Puerto Ventanas, mencionó que están buscando poder hacer frente al periodo de marejadas que afecta a toda la costa del país, que en el caso particular de la bahía de Quintero que el año 2021 contabilizó en total 126 días de puerto cerrado. “Esta situación es muy compleja porque afecta directamente a la cadena de suministros, de importaciones y exportaciones de productos. En este sentido estamos buscando experiencias de otros países donde se hace un proyecto para poder demostrar a la autoridad que se pueden hacer maniobras bajo condiciones de altura de ola, distintas a las que están actualmente autorizadas”, destacó Pulgar.
El profesional agregó que “esta alianza con la UNAB se debe a su tecnología y modernización, que ha cumplido con los parámetros que requiere la autoridad marítima, para poder demostrar efectivamente que se pueden hacer maniobras de atraque con estándares distintos a los que hoy están autorizados”.
En estos momentos, se están haciendo maniobras con la presencia de la autoridad marítima y con un práctico oficial de la bahía de Quintero. Luego de eso, se formalizarán reuniones, cuya propuesta deberá comenzar con un periodo de pruebas. La idea es comprobar que lo que se desarrolló en el simulador en la realidad se pueda ejecutar. Se espera de aquí a 6 meses se pueda implementar este proyecto.
Mario Ramírez, ingeniero naval mecánico y gerente general de la Consultora DIHLAN, explicó que se encuentran en un proyecto de investigación y desarrollo en conjunto con la UNAB para lo cual están trabajando hace más de un año desde el momento que se aprobó el proyecto por el mandante que es Puerto Ventanas.
“Como empresa logramos la certificación de nuestro simulador para investigación y desarrollo. Estamos esperando que las maniobras que se efectúen en Puerto Ventanas puedan hacerse con una altura de ola mayor. Puerto Ventanas tiene un metro de altura de ola aprobada para que los buques maniobren y nosotros queremos llegar a 1,6 m de altura, lo que beneficiará en un menor tiempo de desuso del terminal y mayor productividad para el mismo”, expresó Ramírez.
El Capitán de Alta Mar Cristian Bade, práctico oficial de la Bahía de Quintero, afirmó que “este estudio es positivo porque permite brindar los resguardos que sean necesarios para que las maniobras de los buques sean lo más seguras posibles. El puerto debe avanzar en su capacidad de operación y eso es lo que se está evaluando en este proyecto”.
Investigación en los Simuladores
Alejandro Lagunas explicó que, desde la ampliación del Canal de Panamá, ocurrido a fines del 2015 e inicios del 2016, han surgido una gran cantidad de requerimientos para poder aumentar el tamaño de los buques y hacer factible la llegada de naves de 366 m. “Desde esa época se han creado varios estudios de maniobrabilidad que fueron realizados en el extranjero principalmente en Inglaterra y en Estados Unidos, siendo este último una locación que cuenta con los mismos simuladores y modelo matemático del que nosotros utilizamos para la formación de nuestros estudiantes”, informó Lagunas.
En el año 2016 la carrera de Ingeniería en Marina Mercante logró una alianza estratégica con una importante empresa de remolcadores SAAM Towage. “Esta firma necesitaba entrenar a sus capitanes en el uso de nuevas tecnologías para la atención de estas naves de mayores proporciones. Concretamos un convenio con ellos para transformar nuestros simuladores en simuladores para uso profesional. Desde esa fecha hasta ahora hemos estado trabajando con capitanes de SAAM Towage de Chile y el extranjero, y paralelamente adquiriendo experiencia en la operación, maniobras, y análisis de éstas, que nos ha permitido a través del tiempo probar nuestros simuladores para desarrollar estudios en Chile para los terminales y puertos del país”, puntualizó Lagunas.
En la actualidad existen solo dos centros en Chile donde se presta el servicio, no obstante la UNAB cuenta con un equipo humano que trabaja por más de 10 años en la modelación de simulación marítima, y tecnología de modelación matemática certificada por DNV – GL, desarrollada por la multinacional Wartsila de Finlandia, que está presente en más del 75% de las academias y centros marítimos del mundo (Fuente: La OMI), que junto a la experiencia de la empresa de investigación y desarrollo de DIHLAN & HERBE, esperan seguir dando soluciones a los puertos y terminales que les permitan ampliar los tiempos de operación dado los resultados de los análisis del comportamiento de buque en condiciones meteorológicas que faciliten realizar maniobras seguras y garantizar la cadena logística de las mercancías que se reciben a diario en los hogares y el comercio.