El Presidente del Senado, Ricardo Lagos Weber, destacó la ceremonia realizada en el Salón de Honor del ex Congreso en que se les dio un último adiós a los restos del fallecido poeta Pablo Neruda, previo a que estos regresen a su querida Isla Negra.
«Fue una ceremonia muy emotiva, que cierra un largo ciclo de lejanías y distancias», dijo Lagos Weber en su discurso, añadiendo que «ni en 1973, a pocos días de su muerte, ni en 1992, cuando los restos del poeta fueron trasladados desde el Cementerio General a Isla Negra, pudimos despedir a Neruda como se lo merece el poeta que recogió en sus versos la épica latinoamericana. Un poeta así, más allá de reconocimientos tan importantes como el Premio Nobel de Literatura, merece una despedida así, con la gente de su país, con quienes lo admiran como poeta, con quienes comparten su visión política, con todos aquellos que sentimos que es parte de nuestra historia y que, con su palabra, ayudó a que sepamos mejor quiénes y cómo somos los chilenos».
El Presidente del Senado precisó que «por eso hacemos este acto en el Congreso Nacional. Porque el Congreso es el lugar por excelencia para el diálogo y el debate político y por ello están presentes en él los partidos y sus diferentes vertientes ideológicas, en representación de los ciudadanos. Pero también porque Pablo Neruda fue miembro de este Senado. Representó al norte, ‘la más grande enseñanza de su vida’, dijo, él que creció en el sur, entre los bosques de la Araucanía, en medio de la melancólica lluvia que mantiene el verde en las praderas y los cerros».
«Estamos aquí entonces para homenajear al poeta y al político. Al hombre que conoció los ideales de la izquierda internacional cuando vivió en España y, como embajador de Chile, ayudó a la salida de muchos republicanos hacia nuestro país», concluyó el parlamentario por la región de Valparaíso.