Atentos a todas las expresiones del lenguaje, verbal y escrito, están los lingüistas de la Universidad de Playa Ancha (UPLA), quienes a través del doctor Juan Pablo Reyes, analizan en detalle distintos tipos de formas de comunicación. Que duda cabe que, entre éstas, las pancartas han sido las grandes protagonistas de las manifestaciones en nuestro país.
“Le tengo más miedo a la chancleta de mi mamá que a tu represión” o “cabros, esto no prendió”, son solo algunos de los mensajes que miles de manos alzaron en un simple pedazo de cartón por las calles y avenidas de la mayoría de las ciudades de Chile.
Proyección de la Voz
Para el director del Departamento de Lingüística de la UPLA, Juan Pablo Reyes, se trata de la proyección de la voz a través de una graficatura, de una escritura graficada, dibujo y palabra a la vez, que expresa una emoción.
“(Las pancartas) nos llaman mucho la atención. Además, sabemos que los fenómenos sociales afectan directamente a los fenómenos lingüísticos. Entonces, lo que estamos viendo ahora es un tipo de pancarta nueva, tanto en sus contenidos como en las formas, que no se veía antes. No hay un cartel que tenga una identificación ideológica o partidaria, sino que son frases sacadas desde la cotidianeidad e incluso desde la intimidad de las personas”.
El especialista agrega que se han encontrado pancartas que dan cuenta de presencia de indigenismos, específicamente Mapuche, como “Desmilitarización del Wallmapu” y también anglicismos como “Esto es solo el opening, falta el ending”. Sin embargo, destaca uno que tiene que ver con el dialecto caribeño y que dice “sopaipilla, la arepa te saluda”, todos los cuales dan cuenta de la transversalidad de la manifestación.
Otro aspecto que llama la atención del investigador dice relación con quién es el receptor del mensaje. Es decir, a quién apela el contenido de cada pancarta. En algunos casos -precisa- el mensaje va dirigido a la autoridad, a las instituciones o a quienes toman decisiones. Se trata de mensajes que se originan, en ciertas ocasiones, a partir de lo que dijo alguien que está en el poder, en la farándula o en el mundo artístico en general.
“Las frases, las oraciones o slogan… generalmente (la pancarta) es una frase espontánea, es muy irónica. Nace desde los afectos, la emoción, a veces de la rabia, angustia o miedo. Es una voz de reclamo, es acusación, aclamación y que se entronca con esos aspectos carnavalescos que se producen en nuestras manifestaciones masivas, ya sea por festivales, o pasacalles. La pancarta entra en ese espíritu carnavalesco de gracias, de festividad, como forma de contrarrestar el mal momento”.
El doctor Reyes asegura, además, que la pancarta tiene la posibilidad de influir en la opinión del otro. Para ello, el mensaje es muy local (nacional), en el sentido de que solo lo entienden las personas que viven en el país, a quienes les hace mucho sentido el mensaje de reclamo o denuncia de las pancartas. Ocurre algo muy similar con los chistes, que entienden muy poco las personas que no pertenecen a dicha cultura o país.
Finalmente, el lingüista advierte que el grado de impacto que tiene una pancarta es muy alto, pues el mensaje queda escrito, el mensaje se puede acompañar con dibujos o con símbolos, siempre es muy claro y minimiza toda doble interpretación. Esto ocurre, pues hace referencia a hechos concretos que sufre o vive un grupo de la sociedad (mujeres, tercera edad, niños, etc..), o un colectivo (quienes defienden el medio ambiente, el aborto o el matrimonio igualitario, entre otros), mensaje que se expresa con un particular ingenio y creatividad.