El ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, junto al Seremi de OO.PP de la Región de Valparaíso, Raúl Furher y a la alcaldesa de Viña del Mar, Virginia Reginato, supervisó los avances en la construcción de la nueva infraestructura de protección costera de la turística Avenida Perú en la ciudad de Viña del Mar.
“Esta es una obra de unos $5.500 millones y que va a proteger los casi 800 metros que tiene toda la Avenida Perú”, anunció el secretario de la cartera de Obras Públicas agregando que “en general asociamos el cambio climático a la sequía, pero esto también afecta el nivel del mar y la intensidad de las marejadas. Desgraciadamente, lo que debemos esperar son marejadas más frecuentes y fuertes, es por esa razón que tenemos que tomar estas medidas de protección”.
La alcaldesa Reginato señaló que “esta obra es tan esperada y tan necesaria para este sector de la Avenida Perú, ya que los vecinos se han visto afectados durante muchos años con las marejadas. Se está haciendo un trabajo importante, muy serio y no me cabe duda que los resultados serán los mejores”.
Los trabajos, que comenzaron en septiembre del año pasado, son ejecutados por el MOP a través de la dirección de Obras Portuarias y consisten en mejorar la disposición del enrocado existente, efectuando una selección por tamaño de las unidades de roca existentes, perfilamiento del sector interno denominado núcleo, con rocas de hasta 1 tonelada. Este núcleo se perfilará en un talud y se cubrirá con un manto de coraza consistente en estructuras de hormigón prefabricados, denominados “Dolos” en dos capas y de peso de casi 5 toneladas, que será contenido inferiormente con un prisma o pie de apoyo de roca, de tamaño de hasta 8 toneladas, que superiormente se consolida con una berma de roca en una capa, también de entre 5 a 8 toneladas. Se estima que serán 3.600 dolos los que serán instalados en toda su extensión total de 780 metros, divididos en dos tramos desde la desembocadura del estero Marga-Marga hasta la calle 8 Norte.
De esta forma la ejecución de este anhelado proyecto que estará terminado en febrero de 2022 permitirá aumentar la capacidad de disipación de la energía del oleaje rompiente sobre la costanera, en particular en eventos de marejadas, logrando con ello disminuir los daños producidos en el mobiliario urbano, edificaciones y también las interrupciones en el flujo vehicular y peatonal por el emblemático paseo turístico de Viña del Mar.