Isidora, Ámbar y Amanda son los nombres de las trillizas nacidas en el Hospital Dr. Gustavo Fricke y que en estos días se recuperan en su Servicio de Neonatología. Nacieron con casi 29 semanas de gestación en lo que fue el primer embarazo de su madre, Madeleine Plaza, de solo 23 años.
“Fue súper impactante saber que eran tres”, cuenta Madeleine. “Hay mucho nerviosismo, cómo vas a hacer con tres bebés, cómo vas a solventar los gastos, o si vas a ser buena madre o no, todos los médicos me decían que iba a ser muy complejo y fue así, y una responsabilidad súper grande”. Sin embargo, de a poco esta joven mamá ya comienza a conocer a cada una: “la Isidora es súper tranquila, muy pasiva, no se queja mucho y como nació en un saquito distinto, venía una en una bolsita y las otras dos juntitas. Ámbar y Amanda son muy parecidas, son dos gotas de agua si me las colocan juntas. Tienen un carácter más fuerte, son enojonas a pesar de que son pequeñitas”. Y bien pequeñitas, ya que al nacer, Isidora pesó de 1.360 grs., mientras que su hermana Ámbar pesó 1.080 grs. y Amanda, 1.135 grs.
Con antecedentes familiares de partos múltiples, el embarazo de Madeleine fue natural, lo que hace novedoso el nacimiento de sus tres hijas en el establecimiento viñamarino. Tal como explica el Dr. Erasmo Bravo, Jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia, “es un embarazo relativamente infrecuente, se presenta uno cada 640 embarazos, y por otro lado con la complejidad que conlleva, tienen bastante riesgo de patología, tanto para la madre como para los recién nacidos. Es frecuente encontrar partos prematuros, patologías de recién nacidos, también se asocia a patología materna, hipertensión, pre eclampsia, esa es la connotación importante que tiene, que requiere una atención de alta especialidad. La madre evolucionó muy bien, se recuperó muy rápido, y por lo tanto pudo estar de alta en forma temprana, y los recién nacidos también tuvieron muy buena evolución”.
Respecto de la salud de las trillizas, la Dra. Pamela Ramolfo, del Servicio de Neonatología, señala que “son tres prematuras extremas menores de 28 semanas que son de por sí recién nacidos que están graves las primeras horas y tienen una serie de riesgos, no solo respiratorios sino de todas las esferas de los distintos sistemas. Actualmente ya están subiendo de peso, cercanas a los dos kilos y a irse al hogar junto a sus padres”. Sobre el desafío que significó cuidar de ellas en sus horas críticas, enfatizó que “nuestro servicio es un servicio de referencia regional donde solemos tener prematuros extremos. Lo que hay que rescatar de este caso es que son tres pequeñitas, las tres prematuras extremas y que afortunadamente sobrevivieron y en muy buenas condiciones. Para la mamá va a ser un trabajo bastante arduo, y para nosotros bastante gratificante que puedan irse en buenas condiciones”.
Para el abuelo, Boris Plaza, las prioridades familiares cambiaron drásticamente desde el embarazo múltiple de su hija: “Estoy feliz, orgulloso. Los niños vienen al mundo y si Dios los pone aquí, nos provee, yo sé que nunca nos va a faltar nada. Ahora sé que las niñas, a lo mejor van a enfermarse un poquito, pero van a salir adelante. Yo tengo mucha confianza en este hospital, en los médicos, hay gente de muy buena calidad y humana sobretodo, lo atienden con cariño a uno”.
En espera del alta de sus hijas, Madeleine se siente confiada en su recuperación. “Aquí están los mejores médicos; en la clínica me dijeron que era el mejor hospital, así que no había otro lugar donde iban a estar mejor mis hijas, estoy súper agradecida, son un amor y se nota que hay vocación de servicio”.