Con casi cinco años de relación y un hijo en camino, Patricia le propuso matrimonio a Elvis. Y lo que puede ser un hecho cotidiano se transformó en una celebración en la Unidad de Paciente Crítico Cardiovascular del Hospital Dr. Gustavo Fricke, donde el novio se encuentra desde hace 45 días en espera de un trasplante cardíaco.
Con la sala decorada por fuera, recuerdos de boda y dos padrinos ejemplares, una enfermera y un kinesiólogo, Elvis Campos y Patricia Romero, de Olmué, dieron el Sí ante la oficial del Registro Civil que presidió la ceremonia, con marcha nupcial y lanzamiento del ramo.
Se conocieron porque Elvis le ofreció un alojamiento en un momento complejo de su vida, y con el tiempo, surgió el amor, que Patricia renueva todos los días: “Viajo todos los días. No lo dejo solo en ningún momento a él, en las buenas y en las malas, no teniendo o teniendo, así que ahí he estado con él”. viajando a verlo. Un día domingo cuando estaba aquí, le dije, ¿sabes qué, amor? ¿Casémonos? Me dijo altiro que sí porque veníamos con los planes de casarnos. Pero no sabíamos nada cómo hacerlo y todo eso”.
Pero sus expectativas se superaron. “Aquí es muy bueno, muy familiar, son muy de piel y eso es lo bonito. Porque se ve que ellos están ahí con sus pacientes, y eso es lo que me ha gustado porque yo he tenido sensibilidad y acceso a las cosas que le hacen a mi marido”. Y por eso pusieron la música, los adornos y los padrinos, como Jair Aceituno, kinesiólogo, que no dudó en ser parte de esta ceremonia: “Creemos que como kinesiólogos también rehabilitamos parte de la vida de las personas, incluyendo literalmente, el corazón. Hoy día pudimos asistir a una ceremonia de un matrimonio y eso nos pone muy contentos como equipo de rehabilitación, poder llegar a este punto cúlmine y junto al equipo médico que incluso le colocaron un balón de contrapulsación axilar para que nosotros lo empezáramos a rehabilitar, caminar, llevar a sus funciones máximas y hoy día coronarlo con un matrimonio muy bonito. Contento, la verdad es que nunca me había tocado ser testigo, así que primera vez y estar en la UPC cardiovascular eso me llena también de orgullo y de mucha satisfacción”.
Por su parte, la madrina, la enfermera coordinadora Valeria Peñailillo, afirmó que “me siento sumamente agradecida porque nos hayan hecho parte de esto y porque a pesar de estar en un contexto de estrés, de dolor, de pasar mucha pena, poder rescatar lo lindo y poder hacer algo bonito por ellos. Primero, de hecho, cuando me pidió, lo dudé, pensé, chuta, ¿qué significa esto? Después dije, pucha, ya están en un contexto tan difícil, entonces la forma de ayudarlos en realidad es esta. Me siento súper emocionada también, cuando habló la jueza estuvimos ahí varios a punto de derramar una que otra lagrimita, pero contentos, contentos”.
Las palabras correspondieron a la oficial civil Sandra López, que ofició el matrimonio muy orgullosa y emocionada por su papel: “Es una satisfacción saber que Registro Civil está en todas partes, sobre todo en estos momentos cuando se necesita, cuando no había mucha cercanía como para hacer esta actividad y que los mismos ciudadanos se sientan que estamos con ellos, que estamos siempre unidos. Me siento de verdad orgullosa. Orgullosa de pertenecer a este servicio y que puede brindar este servicio a toda la comunidad, sin importar donde sea”.
Finalmente, Patricia cuenta que lo único que esperan es que llegue el anhelado trasplante, para irse al sur de luna de miel: «Dios lo va a permitir el trasplante al corazón, y de ahí ya, a hacer su vida normalmente. Es lo único que esperamos, que llegue el corazoncito para él y que sea compatible, primero que nada. Ya después igual va a venir a visitar, hay que venir a visitar a los padrinos A nuestros testigos”, porque desde ahora su vida matrimonial también está ligada al Hospital Fricke.