Previene las urgencias más frecuentes en verano

Las vacaciones de verano suelen relacionarse con momentos de descanso y diversión en familia, con paseos, viajes, comidas fuera de casa, sol, piscina y mar, entre otros.

Sin embargo, esta época del año no está ajena a situaciones inesperadas que pueden cambiar bruscamente la alegría veraniega: las urgencias médicas.

Muchas de ellas pueden evitarse poniendo en práctica algunas medidas preventivas, pero también es importante estar preparados para saber cómo reaccionar ante ellas y cuándo es necesario acudir a Urgencias.

Las más Comunes

El Dr. Rodrigo González, jefe del Servicio de Urgencia de Clínica Bupa Reñaca, detalla que las urgencias más comunes en verano son los traumatismos, quemaduras solares, cuadros gastrointestinales, picaduras de insectos y asfixias.

“La mayoría de las emergencias se relacionan con las actividades propias del verano y las altas temperaturas, como la exposición al sol, el baño en piscinas o playas, la práctica de deportes o juegos al aire libre, los viajes, la ingesta de alimentos y la mayor presencia de insectos”, explica el especialista.

Los niños, los adultos mayores, las embarazadas y los pacientes crónicos son quienes están expuestos a sufrir una urgencia médica, por lo que con ellos hay que tener especial cuidado durante estas semanas.

Cómo reaccionar

El Dr. González comenta que los traumatismos más comunes en verano se producen por accidentes automovilísticos, caídas y golpes. En el caso que una persona presente lesiones complejas a la columna, cuello, cabeza o alguna extremidad, lo más recomendable es llamar al SAMU al 131 y no movilizar al paciente. Si se producen lesiones más simples en extremidades, hay que inmovilizar y trasladarlo para que reciba la atención médica necesaria.

La ingesta de alimentos en lugares con condiciones sanitarias no apropiadas, en cantidades poco habituales o el efecto del calor en la comida pueden provocar intoxicaciones e infecciones gastrointestinales. Algunas de ellas pueden tratarse en casa con una buena hidratación y dieta blanda y sin residuos. Sin embargo, si hay dolor abdominal intenso, diarrea que no cesa, vómitos abundantes y fiebre alta, es importante recurrir a un centro asistencial para evaluar al afectado.

El médico dice que otra de las urgencias médicas veraniegas se relaciona a la inadecuada exposición al sol, que provoca quemaduras, golpes de calor, insolaciones y deshidratación. En el caso de presentar ampollas, fiebre y malestar general se debe acudir a Urgencias para determinar la gravedad del cuadro. En casa se puede promover una buena hidratación de la piel con cremas, las que pueden estar previamente frías, utilizar ropas livianas y por sobre todo, favorecer la ingesta de abundante líquido, al menos 2 litros al día. En caso de mucho dolor, y si no hay contraindicación, puede tomar un comprimido de 500 mg de paracetamol.

En el caso de las picaduras de insectos, el Dr. González dice que lo importante es saber con cuáles hay que tener mayor cuidado. En nuestro país las mordeduras de las arañas de rincón y trigo pueden tener graves consecuencias, por lo que es fundamental acudir a urgencias para evaluar las lesiones y definir el manejo. En el caso de las abejas u otros insectos voladores, las personas que son alérgicas deben tener especial cuidado e idealmente acudir al médico si son picados.

En esta época de playa y piscina, aumentan las asfixias por inmersión, por lo que es importante bañarse solo en lugares autorizados y con una actitud responsable. En el caso de sufrir una asfixia por inmersión, llamar al SAMU al 131 e iniciar reanimación cardiopulmonar.

Medidas Preventivas

El Dr. González comenta que muchas de estas urgencias médicas pueden evitarse poniendo en práctica las siguientes medidas preventivas:

• No exponerse al sol innecesariamente, sobre todo entre las 10 y las 17 horas. Aplicar bloqueador cada 3 horas.
• Hidratarse frecuentemente, tomando al menos 2 litros de agua al día. Debe ingerir tanto antes como después de la exposición al sol.
• Alimentarse en lugares seguros y confiables, privilegiando la comida saludable.
• Evitar las comidas copiosas y el consumo de alcohol excesivo.
• Evitar actitudes temerarias, como por ejemplo los piqueros y piruetas.
• En playas, lagos, ríos y piscinas, vigilar en todo momento a los niños, no permitiendo que estén solos en el agua. Si no sabes nadar, no dejes que el agua sobrepase tu cintura.
• Manejar respetando las normas de tránsito, usando cinturón de seguridad y sillas para los niños. No consumir alcohol si se va a conducir.
• Estar atento a la presencia de insectos que pueden ser peligrosos, limpiando casas y lugares de veraneo.
• Ventilar previamente los lugares que han estado cerrados por mucho tiempo antes de limpiarlos.
• Sacudir la ropa que ha estado guardada en lugares oscuros antes de usarla.
• Llevar siempre un botiquín básico. Este debe tener antiinflamatorios, vendas largas, suero fisiológico y apósitos. Las heridas deben lavarse con suero fisiológico o con agua hervida tibia, por lo que no es necesario incluir alcohol, agua oxigenada o povidona. También es recomendable llevar elementos que puedan servir como inmovilizadores, tales como cartones o maderas livianas.
• Los pacientes crónicos deben seguir sus hábitos de medicación, dieta y horarios para no sufrir descompensaciones.

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