Programa de prótesis del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota permite volver a caminar a pacientes amputados

“He querido llorar, me siento emocionado. Pensé que iban a ser años y años que iba a estar así”, son las palabras de Rafael Azaola, uno de los 20 primeros pacientes en recibir una prótesis para volver a caminar, tras perder, hace casi dos años una de sus piernas. El médico fisiatra Ricardo Valenzuela, es el referente para esta iniciativa en el Servicio de Salud Viña del Mar Quillota (SSVQ) y explica que este programa “es una línea de trabajo ministerial, se consiguió el financiamiento de FONASA y se estableció a nivel nacional una proyección considerando los tres años previos de amputaciones. Y básicamente, el criterio es que la mayoría de los hospitales tuvieran un fisiatra como prescriptor de la prótesis”. Asimismo, el especialista indicó que puede acceder el paciente “que ya tenga el alta quirúrgica, es decir que tengan su herida cicatrizada, y que haya completado su tratamiento pre protésico, logrando por lo menos marcha con andador fijo, o idealmente, con bastones. Además que tengan una condición cardiovascular compatible con el manejo de la prótesis, porque el uso de la prótesis en especial las transfemorales, de rodilla, requiere un consumo de oxígeno muy alto”.

Programa integral de rehabilitación

En detalle, Tita Aguilera, Jefa (s) de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación Hospital Dr. Gustavo Fricke SSVQ explica que idealmente la prótesis permitirá el desplazamiento sin andadores ni bastones, lo que permitirá a usuarios que hasta ahora están en silla de ruedas, recuperar su independencia. En el programa los pacientes hacen ejercicios preparatorios para recuperar su fuerza muscular, se toman medidas con el ortoprotesista para confeccionar un molde y con ello, una prótesis provisoria. Tras varios controles y ajustes, se entrega una prótesis definitiva. “En ese proceso, como trabajamos en red, el Hospital Dr. Gustavo Fricke, aparte de los controles del médico fisiatra, realiza la entrega y estos ajustes de la prótesis en esta Unidad de Medicina Física y Rehabilitación y los usuarios que son de otros hospitales base o que son del interior, realizan su rehabilitación post protésica en su hospital de origen”, agregando que “yo como profesional estoy muy motivada al ver la excelente recepción que ha tenido este programa por parte de los usuarios, que llevan un periodo de tiempo significativo esperando, esto realmente llega a mejorar su calidad de vida y es muy emocionante ver un sueño cumplido, porque son pacientes que han esperado mucho tiempo esta oportunidad”.

Testimonios de esperanza

Hace algunos años, el desarrollo de tumores terminó en la amputación de la pierna de la señora Eloísa Bianchi, a pesar de lo cual sigue realizando las labores de su hogar. “Yo soy fanática de andar en el jardín, regando, qué no hacía, eso sí que no puedo hacerlo, pero sí encero, limpio, hago la comida, lavo, todo, me afirmo en los cordeles para tender la ropa, hago todo. Pero, teniendo una nueva prótesis, si me va bien con esa prótesis, yo me imagino que tendré que salir, no sé, me imagino comprando. Echo de menos todas esas cosas, ahora tengo que mandar a comprar todo. Así pienso, me llegará otra oportunidad. Es una oportunidad que le dan a las personas, hay gente que espera tantos años y Diosito, pucha que me ha ayudado”.

Caso parecido es el de Rafael, activo comerciante que descuidó un accidente casero y terminó amputado, lo que, sin embargo, no ha mellado su entusiasmo: “Yo por esto no lloré nunca, siempre fui fuerte, pero el día que a mí me llamaron para decirme que me iban a poner una prótesis y venirme a hacer una muestra de la prótesis, la lloré todo el día, no te lo niego. He querido llorar, me siento emocionado. Pensé que iban a ser años y años que iba a estar así y tenerlo tan luego, un año 10 meses, agradecido de Dios y de mi familia que me apoyó bastante, en estos momentos que fueron tan difíciles. Y me siento emocionado, contento y feliz por todo lo que hizo el hospital también, por los chiquillos, las terapias fueron muy buenas, no tengo nada que decir, trataron de que saliera adelante con las terapias, la fuerza que me dieron. Feliz, emocionado, ahora con mi chiquitita que llegó a botar sus lágrimas porque su viejo ya está paradito. Yo siempre dije que lo que me pasó fue un pasado y tengo un presente y un futuro que tengo que seguir viviendo, seguir trabajando y luchando por la familia que tengo. Mientras Dios me de fuerza para seguir luchando, seguir adelante”.

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