Proyecto que reducirá las emisiones llega a la recta final e inicia pruebas de funcionamiento

El moderno sistema de abatimiento o lavador de gases de gases denominado Wet Gas Scrubber (WGS), cuyo objetivo es reducir significativamente las emisiones de material particulado (MP) y dióxido de azufre (SO2) en Refinería Aconcagua, cumplió un nuevo e importante hito: el comienzo de las pruebas de funcionamiento.

De acuerdo con el director del proyecto, Claudio Hormazábal, la planta cumple alrededor del 99% en el montaje de la obra y sobre el 95% de avance global. “Estamos terminando la construcción mecánica e iniciamos las actividades llamadas de comisionamiento, que consisten en las pruebas finales de los equipos y sistemas, previas a la puesta en servicio del Wet Gas Scrubber. Las más relevantes corresponden a las pruebas de la torre principal y las bombas, la parte más importante de la unidad”, precisa.

De esta manera, esta moderna tecnología que llegó desde Bélgica a fines de noviembre pasado se prepara para entrar en marcha blanca durante julio, junto a la planta Cracking Catalítico, la que se encuentra detenida en labores de mantención mayor. Esta planta es la principal fuente de emisiones de MP y SO2 en la refinería, y al contar con este sistema depurador de gases se espera una reducción de entre 85% a 90%. “Su aporte a un mejor desempeño ambiental de la refinería es contundente, pues contribuirá al 81% de la reducción de emisiones que establece el Plan de Prevención y de Descontaminación Atmosférico (PPDA) para las comunas de Concón, Quintero y Puchuncaví”, indica el ingeniero.

En tanto, el gerente de ENAP Refinería Aconcagua, Jorge Santander, destacó que el WGS significó una inversión de US$70 millones. “Este tipo de inversiones le permiten a ENAP seguir cumpliendo un papel estratégico en la producción de combustibles que abastecen el país, especialmente de la Región Metropolitana y zona central, pero de manera más sustentable, reduciendo sus emisiones en el proceso y beneficiando de manera directa a nuestras comunidades vecinas», subraya.

El ejecutivo agrega que toda la cartera de inversiones de Refinería Aconcagua está destinada a mejorar su desempeño ambiental y superar los estándares de seguridad de la operación, contemplando la construcción de una nueva planta para recuperar azufre y otra planta de tratamiento de aguas ácidas, entre otras iniciativas de mejora ambiental.

Con la puesta en servicio de este depurador de emisiones, Refinería Aconcagua queda al más alto nivel mundial en materia de abatimiento de material particulado, por lo que su puesta en servicio aportará a mejorar considerablemente la calidad del aire. En Latinoamérica esta tecnología solo está presente en la Refinería de ENAP en la región del Biobío y en la de Talara, en Perú, que es un moderno complejo que se puso en operación el año pasado.

El WGS es un proyecto de alta complejidad, que debió sortear las restricciones, alza de costos y limitaciones logísticas que generaron la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania. Al mismo tiempo, tuvo el desafío de ser construido en medio de instalaciones existentes y en operación, lo cual significó que antes de comenzar las obras se debieron desmantelar equipos que fueron reemplazados en otro sector para despejar el área donde hoy se levanta la torre principal que alcanza los 57 metros de altura.

Esta inversión cuenta con la licencia de la empresa estadounidense Belco, líder mundial en diseño y venta de WGS. Las obras que conlleva requirieron del empleo de más de mil trabajadores en su punto máximo de construcción, quienes fueron contratados a través de la empresa Echeverría Izquierdo para este fin.

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