Con el objetivo de poner en práctica los sistemas de alerta y mejorar los tiempos de reacción frente a una amenaza de tsunami para Chile, Colombia, Ecuador y Perú, miembros del Grupo de Trabajo de Alerta de Tsunamis del Pacífico Sudeste (GT-ATPS), el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) junto a la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública del Estado (ONEMI) y el Centro Sismológico Nacional (CSN), participaron de una nueva versión del ejercicio internacional Pacific Wave 2022 (PACWAVE22), actividad que desde el 2006 viene realizando el Sistema de Mitigación y Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWS).
Durante el simulacro, cada uno de los países puso a prueba todos sus procedimientos, protocolos, sistemas de comunicación, monitoreo y difusión frente a este tipo de emergencia. Además, como innovación respecto a ejercicios previos, se implementó una nueva herramienta de entrenamiento, el Simulador Sintético de Tsunamis, desarrollado en conjunto con la Direccion de Programas, Investigación y Desarrollo de la Armada (DIPRIDA), el cual presentó al personal del Sistema Nacional de Alarma de Maremotos (SNAM) registros en tiempo real de un Tsunami en las Estaciones de Nivel del Mar, comprobando la capacidad de análisis de datos de sensores nacionales e internacionales y la toma de decisiones técnicas.
El ejercicio se dividió en dos etapas el 20 y 27 de octubre: Un evento de magnitud 8.1 Mw. con epicentro cercano a Arica y, posteriormente, un evento de magnitud 8.8 Mw cercano a Esmeraldas, Ecuador.
Entre los distintos desafíos durante la simulación, se efectuó una interrupción de las comunicaciones en distintas localidades, lo cual generó un escenario demandante para las distintas salas de operaciones, requiriendo el uso de medios alternativos para el flujo de información, siendo una oportunidad valiosa para identificar oportunidades de mejora.
Este simulacro permitió ejercitar los procedimientos internos; identificar fortalezas y observaciones que posibiliten optimizar la respuesta frente a potenciales emergencias reales, y entrenar los procedimientos para la coordinación entre países del Pacífico Sudeste, con el fin de estar preparados para enfrentar la amenaza de tsunami en su condición más demandante.