Taller de escritura creativa llegó a su fin en la cárcel de Petorca

Un libro con cada uno de los textos creados por los privados de libertad del Centro de Detención Preventiva de Petorca es el resultado del proyecto Tinta Negra, realizado en dicha unidad penal y que culminó este martes.

Esta historia comenzó tres años atrás, cuando Katherine Moya llegó hasta el recinto de Gendarmería para impartir un curso de fomento lector, cuya duración fue de tres meses. Con la finalidad de continuar trabajando con los privados de libertad y mantener el curso durante todo el año, Katherine presentó, al fondo nacional del libro y la lectura, el proyecto Tinta Negra, Escritura Creativa y Autobiográfica. Finalmente, la iniciativa fue aprobada y financiada por el ministerio de las Culturas a través del fondo.

La monitora destacó que el proyecto “incluye talleres de narración oral, expresión corporal, vocalización y el oficio de la encuadernación artesanal.  Entonces, a través de este proyecto, ellos pasaron por tres momentos: escritura creativa, donde redactaron sus textos y los editamos; luego, con Macarena, ellos empezaron a relatar sus textos, para darle vida a sus escritos, y finalmente con Paulina aprendieron el oficio de la encuadernación”.

El resultado final es un libro encuadernado por ellos mismos y donde están los textos de cada uno de los participantes.

 “Ha sido súper potente. Hemos conversado con las profesoras que hemos visto cambios en varios chiquillos que al principio no estaban tan motivados y ahora están súper motivados, cuentan sus historias; algunos quieren escribir un libro, otros dicen que tienen historias que deberían llevar a películas”, agregó la gestora cultural.

Joel Salas reconoce que el participar en las clases le permite dejas el encierro atrás y sentir la libertad que le entregan las palabras e imaginación.

“Me ha parecido interesante porque es un método para poder expresarse y traspasar las barreras que existen aquí, dentro del recinto penitenciario. Con la mente uno viaja y para mi es algo que me saca de la rutina diaria del recinto. Uno puede estar preso aquí, pero mi mente y corazón están libres. Ha sido una buena experiencia, un modo de reinserción social le llamo yo, porque uno de repente está enfocado en otras cosas en la calle  y aquí un se enfoca solo en cosas positivas”.

Por su parte el jefe técnico regional de Gendarmería, Juan Pablo Medina, afirmó que el éxito de la iniciativa, desarrollada en la unidad penal más alejada de la región, “es una auspiciosa noticia en lo que tiene que ver con las prestaciones de garantía de derecho y acceso inclusivo al arte y la cultura por parte de nuestra población penal. Permite de una manera alternativa o complementaria a la oferta programática penitenciaria tradicional facilitar el acceso a la cultura y producción literaria, promoviendo la satisfacción de necesidades educativas y de recreación por parte de las personas privadas de libertad”.

Talleres de similares características y otros enfocados en la capacitación laboral se llevan a cabo en las distintas unidades penales de la región. Es así como durante las próximas semanas se efectuarán las ceremonias de certificación de cursos de construcción, manipulación de alimentos, soldadura, etc. 

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