Ya son ocho los años que María Betania Castro lleva realizando talleres de pintura al interior de unidades penales de la región. En este tiempo ha visto como el arte ayuda al proceso de reinserción de los privados de libertad y como un pincel puede ser la entrada a mundos insospechados.
Actualmente, la profesora se encuentra impartiendo el taller en el Complejo Penitenciario de Valparaíso, donde una veintena de internos, divididos en dos grupos, asiste a las clases que se realizan todas las semanas. El curso comenzó en noviembre del año pasado y se extenderá hasta las primeras semanas del mes de mayo, cuando culmine con una exposición de las principales obras creadas por los participantes.
La encargada del taller destacó que: “Me encanta poder ver el hecho de que todos pueden hacer arte y solo es cuestión de estimularlos. A ello les ha gustado mucho porque lo que hacemos en el taller es trabajar a través del collage y con el collage se trabaja mucho el inconsciente. A través de la asociación de imágenes ello van creando un mundo personal que quiere transmitir algo y eso está pasado a la pintura. Este año en especial todos quisieron trabajar mucho con la naturaleza”.
Freddy Valenzuela es uno de los privados de libertad que asiste feliz a las clases. Él reconoce que “ha sido una buena experiencia, donde uno puede abrir la mente, crear, dibujar. Muy bueno, muy entretenido de que se de este espacio en la cárcel. Uno se olvida de que está privado de libertad y ayuda a la mente. Yo sé dibujar, hacer retratos, pero dibujar y pintar son cosas distintas. Esto complementa mi habilidad innata. He terminado mi cuarto medio acá y he hecho un montón de cosas, no he perdido mi tiempo y, además, con algo que me gusta a mí, como es el arte y los dibujos y pintar”.
La relevancia que tiene el arte como agente de cambio entre los privados de libertad fue destacada por el jefe técnico regional de Gendarmería, Juan Pablo Medina.
“En el contexto de la intervención penitenciaria y las prestaciones de garantía de derechos, toda actividad artística y cultural también es consideraba una intervención propiamente tal. El arte y la pintura pueden brindar a las personas privadas de libertad una vía de expresión y transformación que puede permitir canalizar las emociones, desarrollar habilidades y fomentar la creatividad, lo que es muy importante para facilitar un acercamiento a la reinserción social, a través de nuevas oportunidades y distintas maneras de conectarse consigo mimo y la comunidad”.