Universidades tradicionales de Valparaíso presentan libro con historia de sus primeras sedes

Valparaíso es más que una ciudad patrimonial y un puerto histórico para Chile. Durante los últimos 95 años, se ha desarrollado con una marcada identidad universitaria. Con más de 31 instituciones y aproximadamente 130 mil estudiantes en nuestra región, es imposible no vincular su evolución con el nacimiento de sus universidades, donde las cuatro instituciones tradicionales (PUCV, USM, UV y UPLA) son las que tienen más prestigio e historia.

En ese sentido, la comisión Patrimonio, Paisaje y Territorios del Consejo de Rectores de Valparaíso (CRUV) presentó en la Biblioteca Severín el libro que surgió desde la investigación “Resignificación patrimonial y salvaguarda de los edificios fundacionales 1928 – 1971” y que pone en valor los cuatro inmuebles que dieron forma al sistema de educación superior en la región.

La iniciativa tiene como uno de sus objetivos contribuir al rescate, salvaguardia patrimonial y conservación de la memoria histórica de las sedes centrales de las universidades del CRUV y ayudar a sensibilizar sobre el valor de estos edificios.

El rector de la PUCV y presidente del CRUV, Nelson Vásquez, destacó que es importante difundir el valor que tienen las primeras sedes de las universidades. “Son espacios dinámicos, de convivencia con la comunidad, donde albergamos a las personas, a los jóvenes y a distintas actividades culturales. Que se restauren estos edificios y se difunda este valor patrimonial es muy importante para Valparaíso, una ciudad que requiere pronto un proceso de recuperación, dada la condición en que está actualmente”.

Por su parte, el rector de la Universidad Técnica Federico Santa María, Juan Yuz, expresó que “este un hito para relevar el rol que tienen las universidades en el patrimonio y la arquitectura en la ciudad, donde hemos aportado durante los últimos 100 años. Estamos muy contentos de efectuar esta investigación de manera conjunta. Esto nos ayuda a mostrar la historia de los edificios, sacarlo de la mitología de las comunidades y dejarlo documentado, ponerlo en valor y como un esfuerzo colectivo”.

El proyecto contó con financiamiento de un fondo del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. Al respecto, la directora del Servicio Nacional, Nélida Pozo, destacó la alianza entre las cuatro universidades contribuyendo al desarrollo de las ciudades. “Sin lugar a dudas las casas de estudios superiores desarrollan un tremendo aporte a la preservación y difusión del patrimonio cultural. Este es un trabajo que ha significado la recuperación de documentos e información que estaba guardada y que queda a disposición de las comunidades, lo que genera más conciencia en las personas de lo importante de trabajar en la protección del patrimonio arquitectónico de la ciudad”.

Investigación 

Jorge Ferrada, director del Centro de Estudios Patrimoniales de la PUCV, añadió que “las casas centrales de nuestras universidades están repartidas en el contexto de la ciudad de Valparaíso y abordan distintos momentos de la arquitectura, desde principios del siglo XX hasta 1974. Hay una muestra que es bastante valiosa y luego la circunscripción de estos edificios en barrios que fueron influidos por las universidades, donde aparecen más dimensiones de habitabilidad en la ciudad”.

Juan Ayala, director del museo institucional de la Universidad Santa María y director del proyecto expresó que “fue un trabajo de hallazgos y momentos inesperados como toda investigación. Por otro lado, el levantamiento de fuentes orales fue muy valioso y descubrimos que la piel del edificio de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso es única en la ciudad en Chile. El castillo de la USM es un edificio que se abre al mar con una perspectiva oceánica increíble. La sede de la UPLA es un umbral de apertura a la comunidad y la sociedad. La Casa Central de la PUCV es una esquina de encuentro urbano y ciudadano, donde las avenidas Brasil y Argentina fueron el pórtico de ingreso a la ciudad”.

El académico de la Universidad de Playa Ancha, Marco Muñoz, también se refirió al aporte conjunto. “Fue una muy buena experiencia y señera. En la situación que se encuentra la ciudad, de crisis, nosotros podemos concluir que la forma de salir de esto es precisamente a través de la asociatividad. El mundo público y privado, las universidades, la ciencia y la sociedad civil unida con objetivos comunes puede contribuir a sacar adelante a la ciudad”.

Finalmente, el vicerrector de Vinculación con el Medio de la UV, Carlos Lara, también valoró el trabajo colaborativo al interior del CRUV. “Fue una experiencia fantástica de colaboración, intensa, entre las cuatro universidades y es una señal de un fiato muy grande que hay entre las instituciones. Es muestra de una apertura, un trabajo sin ninguna mezquindad, abierto a la colaboración. Algunos edificios partieron con fundaciones privadas y otros desde el Estado de Chile con el objetivo de dar educación a la ciudad y a la región”, concluyó. 

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