UPLA estudia en algas los efectos de la industria desalinizadora en ecosistemas marinos

La Universidad de Playa Ancha (UPLA) realiza el primer estudio para evaluar los impactos medioambientales de las descargas de la industria desalinizadora chilena sobre las algas.

Los doctores del Laboratorio de Investigación Ambiental Acuática (LACER) dependiente del Centro de Estudios Avanzados (CEA), Claudio Sáez, Paula Celis y Fernanda Rodríguez, junto a la doctorante Pamela Muñoz y el tesista de pregrado Américo López, se centraron en macroalgas por ser los productores primarios de la cadena trófica.

“Queremos saber por primera vez cuáles son los efectos postsalinidad de estas salmueras sobre macroalgas. Y por qué es importante trabajar con macroalgas, porque son la base de la cadena trófica. Si no existen las macroalgas, nada sobre ellas existe. Y segundo, queremos utilizar esas respuestas como herramientas de biotecnología ambiental para proveer diagnósticos y desarrollar monitoreo del impacto de la operación de estas desaladoras en ecosistemas costeros”, explicó el doctor Claudio Sáez.

Los investigadores viajaron al sector de La Chimba, en Antofagasta, y transplantaron en profundidad algas pardas y rojas, del tipo Ectocarpus siliculosus, Chondrus canaliculatus y Dictyota kunthii, a distintas distancias de la tubería emisora de salmuera. Lo propio hicieron en isla Santa María, donde hay ausencia de descargas de desaladoras.

El trabajo fue colaborativo, porque la Universidad de Antofagasta investiga con ostiones el impacto de la industria desalinizadora, y las universidades de Concepción y de Alicante participan también de dichos estudios.

Adelantándose al impacto

La escasez hídrica es actualmente una de las principales amenazas que aquejan a la población y al desarrollo de las actividades productivas. Por ello la desalación de agua de mar se ha transformado en la principal estrategia para el abastecimiento de agua potable y el uso en actividades silvoagropecuarias y la industria manufacturera.

Chile cuenta con las plantas desaladoras más grandes de Latinoamérica y la tecnología utilizada es la osmosis inversa.

Claudio Sáez precisó que, dado que Chile es muy diverso en términos marinos por la corriente de Humboldt y por contar con una alta carga de nutrientes en dichos ecosistemas, exige estudiar cuáles son los efectos de la liberación de salmuera y de otras sustancias en las algas.

“Nosotros estamos tratando de adelantarnos a los hechos. Si bien sabemos que la desalación puede tener un cierto nivel de impacto sobre los ecosistemas costeros, ese impacto puede ser reducido al mínimo si se toman las medidas paliativas que corresponden. Para eso hay que tener los antecedentes básicos para desarrollar protocolos, que permitan la instalación de esta industria, desarrollando el menor impacto posible”, afirmó Sáez.

Esto es una temática importante en el contexto nacional, porque según el investigador se ha reconocido que la desalación es la estrategia del futuro para la gestión hídrica frente a los efectos del cambio climático. Existe una proyección del desierto de Atacama hacia el sur como parte de un proceso de desertificación de la zona central, que se intensificará entre los años 2050 y 2100.

Chile ya cuenta con un plan nacional de instalación de plantas desaladoras para distintos usos, industria, agricultura, consumo humano, y se prevé un incremento de este desarrollo en el futuro.

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