Con el objetivo de enseñar la importancia de la protección, conservación y búsqueda de alternativas remediales de los humedales, la Universidad de Playa Ancha realiza charlas a la comunidad de Valparaíso en el humedal El Criquet, ubicado en Laguna Verde.
La iniciativa forma parte de la participación de esta casa de estudios como organismo asociado al proyecto Fondo de Protección Ambiental (FPA), que ejecuta Fundación Somakin de Quebrada Verde, orientado a descontaminar las aguas del humedal El Criquet.
Las académicas de la Facultad de Ciencias Naturales y Exactas, Cecilia Rivera y Mirian Lanfranco, junto a la decana de la Facultad de Ingeniería, Verónica Meza, apoyan el proyecto desde mayo pasado, realizando estudios de la calidad de agua y enseñando a los vecinos a medir color, pH, profundidad, conductividad y oxígeno del humedal.
La Dra. Cecilia Rivera, químico marino e investigadora del Centro de Estudios Avanzados UPLA, explicó que El Criquet es un humedal artificial, pequeño, de 1,71 hectáreas, no mayor a 5 metros de profundidad, que se encuentra en estado crítico.
Sus aguas son usadas para riego, recreación de los habitantes de Playa Ancha y, ante la emergencia, para apagar incendios, aunque su principal rol es ser parte de la zona de amortiguamiento del Santuario de la Naturaleza “Acantilados Federico Santa María”.
Riesgo de mortalidad del ecosistema acuático
De acuerdo al informe elaborado por la UPLA la calidad del agua del humedal El Criquet no es óptima para preservar la vida acuática, encontrándose en una condición crítica para el ecosistema. “Esto podría provocar daños en la estructura y función del embalse, mortalidad de más del 50% del ecosistema acuático, desaparición de especies sensibles, mortalidad masiva de peces, además de concentraciones ambientalmente inaceptables y de características eutróficas”, sostuvo la Dra. Rivera.
La eutrofización o acumulación de residuos orgánicos – agregó la académica- generalmente provoca crecimientos masivos de microalgas (florecimientos o blooms), los cuales suelen estar dominados por cepas de microalgas, cianobacterias o bacterias tóxicas. “Aquello afecta no solo a las especies acuáticas, sino también a especies terrestres de las riberas de los cuerpos de agua, incluyendo a personas que utilizan el agua como fuente de agua potable y como medio de recreación, lo que las expone a intoxicaciones y alergias por contacto directo”.
El coordinador del proyecto, Mauricio Espinoza, afirmó que como consecuencia de la disposición de aguas residuales sobre el canal de alimentación del humedal, provenientes de un patio de carga de camiones privado, existe un problema de contaminación, pérdida de biodiversidad y eutrofización del humedal.
De allí que con recursos del Ministerio de Medio Ambiente se implementó un sistema de depuración de aguas sobre el canal que alimenta el humedal, “que está compuesto por un tratamiento primario, que tiene por objetivo retener sólidos de gran tamaño como neumáticos, plásticos y ropa, además de grasas, aceites e hidrocarburos que vienen de este patio de camiones, y una segunda etapa del sistema que se trata de un biofiltro compuesto por plantas, que tiene la capacidad de depurar el exceso de nutrientes”, precisó Espinoza.
Con lo anterior se espera disminuir la cantidad de contaminantes que ingresan al humedal y bajar la carga orgánica del mismo.