Todos los jueves Sebastián Santis llega hasta el Hogar de Ancianos Inmaculada Concepción para compartir con los 20 abuelitos que allí viven. Esta noble iniciativa la comenzó en diciembre pasado y a ella se han ido sumando otros usuarios del Centro de Educación y Trabajo de Putaendo que, al igual que Santis, han decidido entregar tiempo y recursos a las personas de la tercera edad, todo esto con el debido respaldo de Gendarmería.
La última visita la efectuaron el pasado jueves, ocasión en la que llegaron hasta el Hogar, aproximadamente a las 10:00 horas, para entregar pañales, artículos de aseo, colaciones y realizar algunos arreglos en muebles y baños de la casa de descanso. Sin embargo, lo más importante que siempre regalan es cariño y tiempo para conversar.
“Es una causa buena. Son personas que igual están aisladas de la sociedad, entonces nosotros empatizamos con ellos partiendo de esta base. Nosotros decidimos ayudarlos, juntar un poco de plata y arreglarles la infraestructura donde se encuentran. Siempre estamos pendientes de ellos. Si bien uno lo hace de una manera desinteresada, igual nos llena”.
“Lo más importante es que lo hacemos por el propio incentivo de los usuarios y lo queremos hacer visible porque si nosotros podemos, en realidad todos pueden. No es una causa olvidada, los abuelitos pueden ser nuestros propios abuelos. Nosotros incentivamos a la comunidad a que también se acerquen. Ellos agradecen mucho un abrazo”.
La visita efectuada esta semana por siete usuarios también contó con la compañía del cabo primero de Gendarmería, Carlos Bahamondes. El funcionario destacó las constantes visitas y trabajos que realizan en el lugar.
“He ido en varias ocasiones y en realidad hay algunos abuelitos que se han encariñado bastante con los muchachos. Ellos (los usuarios) conversan, comparten con ellos, toman desayuno con los abuelitos. Incluso hay abuelitos que han perdido a sus hijos y se ponen felices de ver que los muchachos los vayan a visitar. Es constante la ayuda que están prestando los muchachos”.
Las palabras del cabo fueron confirmadas por la administradora del Hogar, Berta Alvarado. La mujer destacó la labor de los privados de libertad y en especial el cariño que entregan.
“Fue una gran ayuda para nosotros ya que los jóvenes del CET se esfuerzan mucho en arreglar todo lo que se tiene que arreglar. Cuando se echa a perder un baño, se echa a perder una puerta ellos siempre están ofreciendo ayuda. Los abuelitos se ponen muy contentos cuando ellos vienen porque conversan con ellos, juntan sus moneditas y les traen pañales, toallas Nova, confort, cositas que acá, a los adultos mayores, les sirven mucho”.
Cabe destacar que el CET putaendino también tiene apadrinado al jardín infantil Millahue, recinto al que constantemente están brindado su apoyo.