Vestido gigante cubrió muro perimetral de la cárcel de Quillota

Grandiosa es el nombre del vestido de color rojo y de cinco metros de largo que formó parte de la muestra “Anónimas”, realizada por la gestora cultural y curadora Ximena Zomosa, y expuesta en el Parque Cultural de Valparaíso. La prenda fue instalada este lunes en el frontis del Centro de Detención Preventiva (CDP) de Quillota.

La intervención, que fue autorizada por del jefe de la unidad penal, mayor Brallan Silva, fue realizada durante la tarde de este lunes y se efectuó luego de que la prenda de vestir fuese presentada a la población LGTBQ+ del recinto, quienes participan en un taller impartido por la fundación Pájaras entre Púas. Las integrantes de dicha fundación fueron quienes invitaron a  la artista visual al recinto penal para que pudiera exponer su obra y compartir con los privados de libertad de disidencias sexuales.

El vestido de lentejuelas es una de las trece piezas de grandes dimensiones que conforman la muestra “Anónimas”, la cual se mantuvo en el Parque Cultural de Valparaíso hasta el sábado de la pasada semana.

Respecto a la intervención, Ximena Zomosa sostuvo que “va cubriendo una mirada hacia la mujer, en sus distintos roles, especialmente en los roles del trabajo, los roles del delantal, y esta obra se sale de esa mirada hacia la mujer identificada como una obrera y se traslada al mundo de los prejuicios. La Grandiosa representa, de alguna manera, a la mujer postergada, la disidencia sexual excluida, castigada”.

El hecho de que se haya intervenido el muro perimetral del CDP quillotano con el objetivo de difundir el arte y el respeto por las disidencias sexuales fue destacado por el jefe técnico de la unidad penal, Héctor Rivera.

“Para nosotros es un mensaje importante de las cosas que se están realizando con la población de diversidades sexuales, en cuanto a integrarla a los distintos espacios. Con el alcaide tenemos esa mirada de integración, de poder fortalecer, a través de las distintas intervenciones de las redes comunitarias, el trabajo, no solamente artístico y de expresión de nuestra población de diversidad sexual, sino que también como poder consensuarlo con los procesos de reinserción que nosotros trabajamos al interior del penal”.

Taller

Pájaras entre Púas se encuentra trabajando con la población penal femenina de las cuatro unidades penales que las albergan en la región. Es decir, actualmente desarrollan talleres en los centros del subsistema cerrado de Quillota, Los Andes, Valparaíso y San Antonio.

Daniel es uno de los internos que participa en la iniciativa que se realiza en el establecimiento quillotano. Allí, todos los lunes integrantes de la Fundación se reúnen con cerca de una docena de privados de libertad del pabellón de disidencias sexuales.

Para Daniel “esta instancia está siendo muy satisfactoria para todos los integrantes. Con esto vas aprendiendo, puedes enseñar como también aprender. Puedes tener un día súper malo, súper gris, y llegas aquí y se te olvida todo. Son espacios de alegría que te llenan porque te enriquecen el alma, independiente del lugar donde esté. En este momento en que estoy en el taller no estoy preso”.

Respecto a la labor realizada en los recintos, Myr Chávez, miembro de Pájaras entre Púas, detalló que en cada una de ellas se busca conectar las cárceles con el espacio público a través del arte y la cultura.

Las mujeres privadas de libertad, una vez egresadas de alguna unidad penal, pueden sumarse a la Fundación y así continuar contribuyendo a una comunidad sorora.

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